domingo, 22 de febrero de 2009

Y me introduzco en la espesa oscuridad



Imagen: http://nahiii.files.wordpress.com

Y me introduzco en la espesa oscurida...

Y me introduzco en la espesa oscuridad de mi cuarto
buscando refugio entre las sabanas de mi cama.

Al recorrer el corto pasillo hasta ella
me parece estar caminando por un estrecho desfiladero.
El miedo a caer al abismo se apodera de mi
y ansío atravesarlo rápidamente.

Cada paso que doy me resulta más costoso,
como si mi cuerpo fuese arrastrado hacia fuera
por una fuerza exterior que desease expulsarme
a un cruel mundo de sufrimiento y desengaño.

Son mis frustraciones, mis errores,
mis decepciones que lastran mi ser,
son las cadenas que me impiden
alejarme del exterior y a la vez alimentan
esta maldita sensación de malestar.

El tiempo se va ralentizando,
el aire se hace denso e irrespirable
como un veneno que llena mis pulmones
y me impide respirar, no puedo respirar
me va asfixiando poco a poco.
No puedo respirar, no puedo respirar.

A duras penas consigo llegar hasta mi cama,
pero... desafortunadamente no es lo que espera
en vez de encontrar el reconfortante y cálido bienestar,
la suavidad de sus sabanas,
me enfrento a un frío glaciar
que congela mi corazón para siempre.